TIEMPO t u d o r Heritage Chrono TUDOR HA DEJADO su marca en la historia de los cronógrafos. El primero, en 1970, fue el crono Oysterdate. Contaba con un calibre mecánico Valjoux 7734 de cuerda manual y un mecanismo de cronógrafo de camas. Este modelo pasó a la historia por su peculiar uso de los colores vivos y sus característicos índices pentagonales. El año 1976 trajo los Prince Oysterdate, donde la marca presentaba sus primeros cronógrafos equi- pados con movimiento mecánico de cuerda automática. 1995, por su parte, marcó la in- auguración de la segunda serie de cronógrafos de cuerda automática Prince Oysterdate, que introducía mejoras tanto estéticas como técnicas, entre las que destacaban una caja modificada y perfeccionada o un cristal de zafiro prácticamente imposible de rayar. Otros tres rasgos notables marcaron el diseño de esta cuarta generación: se introdujo una nueva esfera, plateada y con contadores color crema; un disco de bisel de aluminio ano- dizado negro con calco sustituyó al tradicional disco de plexiglás con escala taquimétrica; y se adoptó un cristal de zafiro con lente Cyclops que reemplazó al cristal de plexiglás. au d e m a r s p i g u e t Royal Oak EN 1971, poco antes de la Feria de Basilea, Gérald Genta recibe el encargo de Audemars Piguet de hacer un reloj deportivo “que no existe”. Genta, que solo tiene un par de días para entregar su diseño, se fija en los 8 pernos que fijaban la escafandra de un buzo. Al final de aquella noche, dibuja en su libreta de diseños un reloj con caja de acero, bisel octogonal sostenido por ocho tornillos hexagonales y, por primera vez, un brazalete integrado con eslabones intermedios en caída (entiéndase, decrecientes). Había nacido el Royal Oak, icono de Audemars Piguet. A partir de los años 80 se introdujeron nuevos materiales, colores, pulseras y, especialmente, todo tipo de complicaciones. En 1981, por ejemplo, la firma lanzó el Royal Oak Calendario Perpetuo, el modelo más plano del mundo, y en 1983, AP ampliaba la oferta con un reloj día y fecha con dos indicadores por aguja. En 2012, la firma quiso cerrar el círculo con la reedición del clásico Jumbo, que, con unos mínimos retoques estéticos, recuperaba el aspecto original del reloj, eliminando, por ejem- plo, la tapicería de la esfera, que volvía a tener unos cuadros más pequeños, y el logotipo de la marca volvía a estar ubicado a las 6 horas. The Lifestyle Magazine by Grupo Afinance39